Quien-que-donde-POR-QUE

¿Por qué a mi hijo/a no le sirve la respuesta que le doy como a todos los demás? ¿Qué le lleva a encadenar preguntas sin fin sobre cuestiones que el resto de los niños y la mayoría de las personas no se plantean? ¿Qué hace que, a veces, me parezca insaciable, a su profesor impertinente, a otros quizá insoportable y, en general, todos tengamos la sensación de que está permanentemente insatisfecho?

Detrás de la necesidad de saber, de entender el mundo con esa vehemencia que muestran, está la Sobreexcitabilidad Intelectual.

Se ha definido como sed de conocimiento, necesidad de investigar,  analizar ideas y conceptos, y búsqueda de la verdad.

Aquellos con Sobreexcitabilidad Intelectual suelen mostrar curiosidad sobre muy diversos temas, elevada capacidad de concentración (en tareas de su interés), cierta facilidad para realizar esfuerzo intelectual, son ávidos lectores, les gusta pensar sobre el propio pensamiento (metacognición), descomponen y analizan, son tenaces en la resolución de problemas y en general reflexivos, con un nivel de introspección alto. También son intuitivos y hacen uso frecuente del pensamiento inductivo.

Es por ello que las personas de Alta Capacidad o con Superdotación buscan durante toda su vida ese sentido último de la existencia, son tan sensibles a las injusticias, cuestionan los órdenes morales impuestos, son críticos ante cualquier autoridad que no consideran adecuadamente legitimada y pueden experimentar cierto sufrimiento e incomprensión del entorno.

¿Cómo podemos ayudar?

Como siempre, entender y reconocer. Tienen unas características especiales que les hacen pensar, sentir y comportarse de forma diferente. Ellos y nosotros, todos, hemos de saber y aceptar que es así. Aquí empieza la comprensión y la tolerancia.

Después es necesario enseñar autorregulación. Como padres y educadores no lo sabemos todo, pero sí podemos ser eficientes en nuestra respuesta.

En función de la edad, el niño, el adolescente e incluso el adulto han de tener una descripción ajustada de sí mismos que les permita aceptarse y quererse.

Luego hay espacios, tiempo y maneras de gestionar esa avidez. La respuesta concreta a una pregunta es posible que nunca sea suficiente, el momento (sobre todo en niños pequeños) inoportuno, y los lugares, quizá inapropiados.

Abramos opciones para ellos.

En lugar de respuestas, dotémosles de competencias, herramientas de búsqueda e investigación que les permitan construir conocimiento propio. La mayoría de las personas de Alta Capacidad y Superdotadas son autodidactas, alimentar esa vía es una forma sana de economizar energía de padres y educadores, tan necesaria para ver la foto global.

Proporcionemos espacios adecuados y reservemos tiempos para la investigación y también el diálogo (necesitan compartir sus hallazgos y sus inquietudes, pistas para continuar… Las imposiciones no son bien recibidas, pero sí las sugerencias).

La búsqueda, bien orientada, les permite fluir y les genera bienestar, felicidad. Mientras están enfrascados en su mundo, en el afán que corresponda, el tiempo no existe y su nivel de satisfacción es muy alto, ¿se lo vamos a negar?