Son frecuentes las llamadas de los padres en relación al momento adecuado para evaluar un niño. Se oye decir que los 6 años es la edad ideal, que los resultados en niños pequeños no son definitivos, etc…
Lo cierto es que el objetivo de la evaluación no es poner una etiqueta al niño sobre si tiene o no Altas Capacidades. El sentido de la evaluación es buscar información y explicación a conductas y desarrollos que pueden ser menos típicos y que, de conocerlos, nos ayudaran a guiar mejor su educación.
Un niño que con 2 años sabe significativamente más cosas que el resto de los niños de su edad (es igual si las ha aprendido solo o se las han enseñado), tiene otro ritmo de aprendizaje y necesita atención diferenciada. Su evolución posterior nos dirá si es un caso de precocidad o de capacidad superior, pero actualmente tiene curiosidad y avidez por el aprendizaje y es una necesidad a satisfacer, no a frenar. Las teorías que insisten en que cada cosa a su tiempo, tienen que precisar que el tiempo es el del niño, no el que se pauta para cada año escolar según su edad cronológica.
Los instrumentos de evaluación son variados y hay pruebas de capacidad cognitiva para la valoración de niños desde 2 años y medio, pero además existen otros indicadores. La historia personal, las creaciones, sus propios relatos, las observaciones de padres y profesores y otros muchos elementos nos sirven para estimar las necesidades de desarrollo que presentan en cada momento.
Es frecuente que concurran precocidad y Alta Capacidad, lo que no quiere decir que una implique otra y viceversa. Aunque es frecuente que los niños con Alta Capacidad empiecen a hablar (y lo hagan de forma fluida) antes que sus compañeros de edad, es posible que suceda lo contrario. Dicen que Einstein no habló hasta los 3 años.
Los expertos han detectado algunos rasgos en el desarrollo evolutivo a los que se debe prestar atención (lo que no quiere decir que si se presentan se dé Alta Capacidad y si no se presentan no se dé. Son indicadores que forman parte de una valoración global). Es significativo que:
- Los bebés recién nacidos fijan la mirada o sostienen el cuello
- Son precoces en reptado, gateo o en empezar a caminar
- Hay inicio temprano del habla, a veces de forma fluida y completa, con progresión rápida
- Pauta de sueño corta. Duermen menos horas, rechazan la siesta
Es muy recomendable evaluar cuando:
- Preguntar mucho (de un tema concreto o por múltiples temas)
- Recordar cosas que sólo han oído una vez
- Sorprendernos con conocimientos que no sabemos dónde han adquirido
- Manejar un vocabulario amplio
- Aburrirse y no aprender cosas nuevas en la escuela infantil
Si has observado en tu hijo estos rasgos y conductas mi recomendación es que nos llames. La evaluación previene problemas de adaptación y nos ayuda a guiar un desarrollo equilibrado. Una gran parte de lo que somos se gesta en nuestros primeros años de existencia. Es una etapa en la que hemos de poner especial atención.