Gauss-01 (2)Hablando de Alta capacidad se hace habitualmente referencia a la condición cuantitativa de la misma. Cómo en muchas otras áreas parece que sólo existe lo que se puede medir. Así sabemos que las personas superdotadas son un 2,3% de la población y que su CI ha de ser mayor de 130.

Como dijimos la semana pasada, más no significa mejor. En nuestro caso, podemos traducir “más” como mayor potencial para el éxito al tiempo que mayor vulnerabilidad al fracaso.

¿Se deriva de un mayor cociente intelectual?

Para entender la Alta Capacidad y la Superdotación hay que hablar de cualidad  y  atender a los rasgos menos susceptibles de medida.

Kazimierz Dabrowski nos dejo hace ya varias décadas su teoría de la Desintegración Positiva. En ella nos habla de algo denominado “sobreexcitabilidades”, un término fundamental para comprender la condición cualitativa de la Alta Capacidad.

Las sobreexcitabilidades se han definido como la capacidad de responder intensamente a los estímulos, sean éstos generados de forma externa o interna. La dotación genética que heredamos juega un papel relevante en esa disposición. Las sobreexcitabilidades acompañan a las personas de AC.

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Se pueden describir como elementos o fuerzas dinámicas que promueven el desarrollo y que Dabrowski clasificó según:

  • Sobreexcitabilidad Psicomotora. Implica un alto grado de energía y actividad, que puede ser física o mental.
  • Sobreexcitabilidad Sensorial (o sensual). Se aprecia en un umbral de percepción más bajo, la intensidad que se reconoce a los estímulos es más alta y la respuesta, en general, también de mayor magnitud.
  • Sobreexcitabilidad Intelectual. La búsqueda del conocimiento y disfrutar del aprendizaje son rasgos definitorios de esta sobreexcitabilidad
  • Sobreexcitabilidad Imaginativa. Se muestra en una tendencia a la creación, a la asociación de ideas para generar productos nuevos. Muy vinculada a imágenes y metáforas.
  • Sobreexcitabilidad Emocional. Se refleja en la calidad e intensidad de los sentimientos y de las relaciones, de la persona consigo misma, con los demás y con el mundo. Incide en la memoria emocional, componente clave en la forma en que nos conducimos.

Las sobreexcitabilidades subyacen, pues, al comportamiento de las personas de AC. A veces esas características pueden hacer que una conducta se etiquete como disruptiva o confundirse con un trastorno, otras ese potencial puede alcanzar formas sublimes de expresión.

Es importante entender que son inherentes a la afectividad de la persona y conforman su manera de ser al incidir en cómo experimentan la vida. El desarrollo de una persona de AC difiere en cualidad y su personalidad está influida por esa forma de sentir, percibir y entender.

Las próximas semanas nos detendremos en cada una de ellas y abordaremos cuales son sus pros y sus contras, y también apuntaremos algunas formas en las que podemos convertirlas en aliadas.